lunes, 31 de diciembre de 2007

¿Fiestas?

Bienaventurados sean
los amputados, tuertos, tullidos y machucados
que reciban el Año Nuevo en la guardia de un hospital,
porque suyo es el reino
de los estúpidos.

domingo, 30 de diciembre de 2007

Genial

Acabo de abrir la canilla de agua fría para mojarme la cabeza, y el agua salió tibia.

Son las nueve de la noche, y todavía hay sol.

Hace mucho calor.

Mañana va a hacer mucho calor.

Hay pastas en el menú del primero de enero, cuando dicen que también va a hacer mucho calor. No entiendo realmente por qué pastas, ni tuco. Supongo que es una tradición semi italiana, y semi inconsciente, como la de que el menú sea inalterable.

Hora K

No me entusiasma para nada tener que cambiar de horario, pero evidentemente la disidencia no es una opción, como tampoco la rebeldía, y lo lamentable es que se debe meramente a cuestiones operativas y/o burocráticas que van a terminar confundiendo a todo el mundo.

Hasta marzo del año que viene, tenemos la hora de Georgia del Sur.

sábado, 29 de diciembre de 2007

Legales

En un pequeño esfuerzo, escribí la declaración/justificación legal sobre libertad de expresión bloguística de amplio espectro. Por un lado, me sirve para el otro blog. Por otro, me dio la oportunidad de seguir prácticando mecanografía en el teclado nuevo. Ya lo tengo dominado.

Encuentro que es un tanto engorroso hablar de ciertos asuntos que son ciertos, y muchas veces teñirlos de opiniones personales que, aunque puedan resultar muy ciertas, podrían ser consideradas ciertamente agraviantes.

Los asuntos legales son complicados. Más aún cuando uno no disfraza su identidad.

Así que apelando a conocimientos previos, y confirmando lo bueno que son los conocimientos, y que los conocimientos son sinónimo de poder, publico el siguiente artículo que habrá de ser útil para todos aquellos que, como yo, vayan a hablar de ciertos ciertos asuntos propensos a ser teñidos de opiniones personales que, aunque muy ciertas, podrían ser consideradas ciertamente agraviantes.

Libertad de expresión

La libertad de expresión en Argentina está garantizada por el artículo 14 de la Constitución Nacional:

Todos los habitantes de la Nación gozan de los siguientes derechos conforme a las leyes que reglamenten su ejercicio; a saber: de trabajar y ejercer toda industria lícita; de navegar y comerciar; de peticionar a las autoridades; de entrar, permanecer, transitar y salir del territorio argentino; de publicar sus ideas por la prensa sin censura previa; de usar y disponer de su propiedad; de asociarse con fines útiles; de profesar libremente su culto; de enseñar y aprender.
Esto se encuentra ratificado por el Pacto de San José de Costa Rica, cuya adhesión fue garantizada en la reforma constitucional de 1994.

El artículo 13 del Pacto de San José de Costa Rica dice:

1. Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de expresión. Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideraciones de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección.

2. El ejercicio del derecho previsto en el inciso precedente no puede estar sujeto a previa censura, sino a responsabilidades ulteriores, las que deben estar expresamente fijadas por la ley y ser necesarias para asegurar:

a) El respeto a los derechos o la reputación de los demás, o

b) La protección de la seguridad nacional, el orden público o la salud o la moral públicas.

3. No se puede restringir el derecho de expresión por vías o medios indirectos, tales como el abuso de controles oficiales o particulares de papel para periódicos, de frecuencias radioeléctricas o de enseres y aparatos usados en la difusión de información o por cualesquiera otros medios encaminados a impedir la comunicación y la circulación de ideas y opiniones.

4. Los espectáculos públicos pueden ser sometidos por la ley a censura previa con el exclusivo objeto de regular el acceso a ellos para la protección moral de la infancia y la adolescencia, sin perjuicio de lo establecido en el inciso 2.

5. Estará prohibida por la ley toda propaganda en favor de la guerra y toda apología del odio nacional, racial o religioso que constituyan incitaciones a la violencia o cualquier otra acción ilegal similar contra cualquier persona o grupo de personas, por ningún motivo, inclusive los de raza, color, religión u origen nacional.

Al no existir censura previa, la libertad de expresión es siempre absoluta. Lo que existen, son responsabilidades ulteriores por lo que el individuo ha expresado, por cualquier medio de su elección. El inciso 5 del Artículo 13 del Pacto de San José de Costa Rica estipula algunas restricciones que no serán impuestas sobre la libertad de expresión, ni sobre la expresión en sí mediante censura previa, sino como una pena que será aplicada a posteriori, y a la que todos los países, mediante la firma del acuerdo, han accedido independientemente de que sus propias constituciones nacionales o códigos civiles o penales estipulen una pena o castigo para estas restricciones.

Responsabilidades ulteriores

El Título II del Código Penal dice:
Art.109.- La calumnia o falsa imputación de un delito que dé lugar a la acción pública, será reprimida con prisión de uno a tres años.
(texto originario conforme a la ley 23077).

Art.110.- El que deshonrare o desacreditare a otro, será reprimido con multa de $ 1.500 a $ 90.000 o prisión de un mes a un año.
(texto originario con la modificación dispuesta por la ley 24286 en cuanto al monto de la multa).

Art.111.- El acusado de injurias sólo podrá probar la verdad de la imputación en los casos siguientes:
1) si la imputación hubiere tenido por objeto defender o garantizar un interés público actual;
2) si el hecho atribuido a la persona ofendida, hubiere dado lugar a un proceso penal;
3) si el querellante pidiere la prueba de la imputación dirigida contra él.
En estos casos, si se probare la verdad de las imputaciones, el acusado quedará exento de pena.
(texto conforme a las leyes 11221, de fe de erratas, y 23077.)

Art.112.- El reo de calumnia o injuria equívoca o encubierta que rehusare dar en juicio explicaciones satisfactorias sobre ella, sufrirá del mínimum a la mitad de la pena correspondiente a la calumnia o injuria manifiesta.
(texto originario conforme a la ley 23077)

Art.113.- El que publicare o reprodujere, por cualquier medio, injurias o calumnias inferidas por otro, será reprimido como autor de las injurias o calumnias de que se trate.

Art.114.- Cuando la injuria o calumnia se hubiere propagado por medio de la prensa, en la Capital y territorios nacionales, sus autores quedarán sometidos a las sanciones del presente Código y el juez o tribunal ordenará, si lo pidiere el ofendido, que los editores inserten en los respectivos impresos o periódicos, a costa del culpable, la sentencia o satisfacción.
(texto conforme a las leyes 11221, de fe de erratas, y 23077)

Art.115.- Las injurias proferidas por los litigantes, apoderados o defensores, en los escritos, discursos o informes producidos ante los tribunales y no dados a publicidad, quedarán sujetas únicamente a las correcciones disciplinarias correspondientes.
(texto originario conforme a la ley 23077)

Art.116.- Cuando las injurias fueren recíprocas, el tribunal podrá, según las circunstancias, declarar exentas de pena a las dos partes o a algunas de ellas.

Art.117.- El culpable de injuria o calumnia contra un particular o asociación, quedará exento de pena, si se retractare públicamente, antes de contestar la querella o en el acto de hacerlo.
(texto conforme a la ley 11221, de Fe de Erratas.)
Dado que no es simple probar o rebatir una acusación de calumnia, existen algunas formas de esquivar el embrollo con sutileza.

La doctrina Campillay

Hace un año, más o menos, leí sobre la doctrina Campillay en un fallo muy entretenido. La historia es simple: un tal Julio C.(ampillay) es descrito por un informe policial como un narcotraficante aficionado a las carreras de caballos y habitué de ciertas mujeres de mal vivir, que rondan en las tinieblas de la noche en las calles de la ciudad y responden al nombre de "prostitutas". El diario La Razón reproduce el comunicado. Y Julio C. responde con una denuncia por calumnias e injurias, aduciendo una falta al honor. El diario dice que ellos se limitaron a transcribir lo dicho por el comunicado policial. ¿Qué dijo la Corte Suprema?

Dijo: "Considerando...

7°) Que, en el "sub lite", las noticias en cuestión aparecen plagadas de subjetividades e inexactitudes respecto del actor, quien es calificado como integrante de una asociación delictiva dedicada al robo y al tráfico de estupefacientes, que gastaba su botín en casinos, hipódromos y en diversiones con mujeres. Tal proceder de los diarios demandados, implicó un ejercicio imprudente de su derecho de informar, toda vez que un enfoque adecuado a la seriedad que debe privar en la misión de difundir noticias que puedan rozar la reputación de las personas -admitida aun la imposibilidad práctica de verificar su exactitud- imponía propalar la información atribuyendo directamente su contenido a la fuente pertinente, utilizando un tiempo de verbo potencial o dejando en reserva la identidad de los implicados en el hecho ilícito, como bien lo señaló el a quo.

8°) Que el hecho de que tales publicaciones se hayan limitado a transcribir prácticamente el comunicado policial respectivo -al margen de la responsabilidad de dicha autoridad, extraña al marco del proceso- no excusa la atribuible a los editores involucrados, toda vez que éstos hicieron "suyas" las afirmaciones contenidas en aquél, dándolas por inexcusablemente ciertas (Fallos, t. 257, p. 316, voto del juez Boffi Boggero -Rev. LA LEY, t. 115, p. 350-), pese a que un prudente examen de tal memorándum evidenciaba que la versión respectiva daba cuenta de que el actor no había sido oído ni juzgado por la autoridad judicial interviniente, la que concluyó, a la postre, con un sobreseimiento definitivo a su respecto."

(El fallo completo puede ser leído acá)
La Corte Suprema condenó a La Razón, y sentó jurisprudencia de una serie de populares normas empleadas desde entonces en todos los medios para desligarse de la responsabilidad de injuriar o calumniar a alguien. La doctrina Campillay es:
propalar la información atribuyendo directamente su contenido a la fuente pertinente, utilizando un tiempo de verbo potencial o dejando en reserva la identidad de los implicados en el hecho ilícito, como bien lo señaló el a quo.
En este caso, y en cualquier caso en el que uno se vaya a referir a ciertos ciertos asuntos, la identidad de los involucrados debe permanecer en secreto, más allá de que el hecho sea o no ilícito. Porque, de hecho, la legalidad o ilegalidad de ciertos ciertos asuntos no está puesta en juego por la Corte Suprema en el fallo, dado que si ciertos ciertos asuntos fueran ciertos, por ejemplo, en este caso, el vínculo de Julio C. con la mafia, la calumnia no sería calumnia, porque la verdad no es calumnia.
La anonimidad a pesar de todo

Llevó mucho espacio decir que uno tiene derecho a decir lo que quiera, siempre y cuando no ofenda a otro, y que no es ofender al otro hablar de ese otro sin mencionarlo.

Sin embargo, existe la posibilidad de que si el otro lee aquello en que es mencionado, por más que su nombre real no aparezca, se sentirá aludido. Pero esto, en última instancia, es irrelevante. El cine y la literatura abusan de esto.

Y de cualquier manera, es muy difícil probar que es uno el que habla de ciertos ciertos asuntos en los que se mencionan claramente a alguien (o a algunos) que no es nombrado, sino connotado con un falso nombre, que se indignará, o se sentirá elogiado, si en el relato, con su álter ego de juguete, se identifica y siente mencionado. Por cuanto la anonimidad es total, y bien puede ser, en última instancia, que sea otro, y no uno, el que mencione ciertos ciertos asuntos que se tiñen de opiniones personales que, aunque puedan ser muy ciertas, podrían ser consideradas ciertamente agraviantes.

viernes, 28 de diciembre de 2007

Estructurado

El sábado pasado estuve delineando algunas ideas para escribir algo serio de nuevo. Algo de no ficción. Un texto breve sobre el verosímil audiovisual. Supongo que es un tema sacado a la luz por la muestra de cortos de la facultad. Fue con esto en la cabeza que ayer vi una película llamada "Wedding Crashers", y entonces se me ocurrió otra idea, que no tiene nada que ver con la anterior. (Yo prefiero usar los títulos originales de las películas, no por aspirante a gringo ni esnob irremediable, sino porque me di cuenta de que no hay una sola traducción al castellano de un determinado film, de hecho todo lo contrario, más bien hay una o dos o a veces más, así que entonces mejor es mantener de referencia el original.)

Decepcionado por lo que parece ser una falta de contenidos originales en la mayoría de las comedias románticas, creo haber encontrado una estructura que se repite en muchas producciones hollywoodenses, si no en casi todas las occidentales. Funciona como una especie de molde, algo que no se rompe por la simple razón de que parece funcionar una y otra vez con el mismo público descerebrado.

El bosquejo de la estructura sería algo así:

Chico conoce a Chica. Por alguna razón, Chico y Chica no pueden estar juntos. Pero Chico y Chica superan el obstáculo y se juntan. El amor de Chico por Chica, o de Chica por Chico, se ve amenazado por algo que Chico, o Chica, hizo en el pasado (más o menos reciente). Por lo general, se trata de un minúsculo error o mentira blanca que a los ojos del público será perfectamente aceptable, y no hace más que esconder momentáneamente lo que es un amor verdadero y puro. Chico y Chica vuelven a estar juntos, una vez que este impedimento se demuestra insuficiente para destruir su sólido amor.

Por supuesto que no hay muchas formas de contar una historia de amor. Las que a mí se me ocurren involucran necesariamente a más de dos personas, un obstáculo entre su amor, y un final feliz o triste, que termina con ellos juntos y felices, o solos y separados. A veces el problema son los otros en las vidas pasadas o presentes de Chico y/o Chica. Otras veces son ellos mismos su propio problema. Amor, separación, reencuentro. Esas parecen ser las tres etapas de la historia de amor típica. O también: amor, separación, reencuentro, ilusión (de los amantes que intentan o quieren pero no pueden o no deben), ruptura definitiva.

Los motivos que encuentro propios en una estructura diferente de las mencionadas más arriba están marcados en cursiva. Esos parecen ser de los más conmovedores para el espectador, y los que el cine yanqui suele mantener cerca para echarle una mano cada vez que puede.

Otra cuestión interesante para tener en cuenta son las características de Chico y Chica. En una lista de cualidades encontré que varias podrían darse tanto para él como para ella, siempre y cuando, dentro de la historia, una característica no se encuentre en los dos al mismo tiempo: Exitoso/a, bohemio/a, tierno/a, desafortunado/a. Es probable que haya más. Para hacer una estructura es mejor tener a mano términos más bien ambiguos, o vacíos, que se puedan llenar con varias interpretaciones, o versiones, o definiciones.

Mantengo como bibliografía de referencia la fotocopia de un libro que tuvimos que leer para la facultad. "El libro del guión: fundamento de la escritura de guiones", de Syd Field. Por supuesto que el libro es una mierda. Parece escrito por una fusión mutante y deforme de Jorge Bucay y Paulo Coelho, todo en uno. Es una especie de libro de autoayuda para fracasados que quieren ser importantes o morir en el intento. Porque van a morir en el intento. Se trata de algo bastante literal. El libro de Syd Field parece ser del que se agarran quienes tienen en sus manos la decisión de condenarse a la rutina eterna y una vida monótona, o suicidarse. Gente que debe murmurar para sus adentros "Esta es mi oportunidad", y entonces prepara una basofia como lo indica "El libro del guión", tal cual receta de cocina. Y, por supuesto, fracasa. Porque el libro del guión, como dije antes, es una mierda. Yanqui. Son las cosas que a ellos les gusta escribir, y leer. Recetas para la fama.

Por lo que leí en Internet, Syd Field es una especie de gurú de la escritura cinematográfica. Es increíble. Acá va un párrafo de "El libro del guión":
"Lo mismo ocurre con escribir. Va usted a experimentar algún tipo de resistencia. Se manifiesta de muchas maneras, y la mayor parte del tiempo ni siquiera somos conscientes de lo que está ocurriendo.
Por ejemplo: cuando se siente por primera vez a escribir, es posible que quiera ponerse a limpiar la nevera. O a fregar el suelo de la cocina. Puede que le apetezca ir a correr, cambiar las sábanas, darse una vuelta en coche, comer o hacer el amor. ¡Algunas personas salen a la calle y se compran 500 dólares de ropa que no necesitan! O puede sentirse irritado e impaciente y gritarle a todo el mundo sin ninguna razón especial.
Todas son formas de resistencia."

S
yd Field. "El libro del guión", pág. 183. Editorial Plot, Madrid, enero de 2001. Traducción de Marta Heras.
Sí, puede ser cierto. Pero es estúpido. El libro parece escrito para ignorantes. Basta hojearlo un poco para darse cuenta.

En fin, yo lo tengo al lado ahora mismo porque hay algo útil en el libro. Cada tanto, el imbécil de Syd Field habla del "paradigma", algo así como una fiera pagana a la que hay que mostrarle suma reverencia y respeto, porque es la estructura del guión cinematográfico. Syd Field dice: "Primer acto/principio/planteamiento (nudo de la trama), Segundo acto/medio/confrontación (segundo nudo de la trama), y Tercer acto/final/resolución". Y esto es importante porque así lo han de considerar los yanquis.

Syd Field dice también que los guiones suelen tener 120 páginas, que son dos horas, y que cada página equivale a un minuto de filmación, sea que la página esté repleta de diálogos o acciones. Y que uno tiene diez páginas (diez minutos) para mostrarle al espectador quién es el personaje principal, de qué trata la historia y cuál es la situación.

El estúpido hace mucho énfasis sobre esto. Y sobre el paradigma, que lo repite a cada rato como si el estúpido fuera el lector y no él. El libro de Field quiere hacer un lavado de cerebro. Evítelo.

Es útil para algunas cosas. Para la mayoría no.

En fin. Quiero desarrollar la estructura de las comedias románticas y ver si resisten la prueba de fuego con varias películas del género.

miércoles, 26 de diciembre de 2007

Insoportable

Por fin. Ya pasaron las fiestas.

Bueno. La mitad, al menos.

sábado, 22 de diciembre de 2007

Solidaridad

Mientras evitaba ser hipnotizado por la televisión abierta, ya no me acuerdo si fue el martes o el miércoles que vi una noticia hacerse eco y esparcirse como una mancha de petróleo de canal en canal.

Al principio me desconcerté, porque no sabía quién era Mariana de Melo. ¿Habría escuchado bien? ¿Había prestado atención? ¿Sería Mariana de Merlo? Aún si así hubiera sido, no conocía a ninguna Mariana de Merlo. No. Era Mariana de Melo. ¿Quién sería? El nombre no me sonaba para nada. Entonces hice una breve búsqueda en Google, que siempre tiene una respuesta. Así supe quién era Mariana de Melo.


Ya no necesitaba saber más.

Sumándonos a los deseos de la Sociedad Protectora de Animales y a la comunidad internacional a través de la WWF, esperamos que mejore favorablemente, y recordamos esperanzadamente que, edema cerebral y privación de oxígeno encefálica aparte, (Dios mediante) es muy probable que conserve con relativa integridad los atributos naturales que le permitirán seguir su inspirador trabajo nocturno en diversas obras teatrales de gran éxito, y programas televisivos de superlativo valor sociocultural.

jueves, 20 de diciembre de 2007

Muestra 3

Hoy coincidimos con un compañero co realizador de "Pigmalión" que mucho de lo que habíamos visto ayer en el último día de la muestra era bastante pobre. Cinco o seis cortos mostraron escenas de gente consumiendo cocaína o bien desde la esquina de una tarjeta de crédito, o bien a través de un billete enrollado. Patético cliché barato. Lo mismo que terminar todo con uno que termina reventado. Y eso solamente contando los del martes.

(Acabo de ver el programa y confirmo que el total de cortos que participaron en la muestra fue de 64. Nada mal. En cuanto pueda, escaneo una copia y la subo al blog.)

Por ahora, digerir la impresión de que mucho de la muestra era pésimo. Algunas otras cosas eran malas. La mayoría insalvable. Una buena parte desastrosa. Algunos cortos venían con diálogos para dotar de verosimilitud a una escena que no podría mantenerse jamás en silencio. Algunos querían ser cómicos. Pocos lo lograban. De esos, algunos estaban muy buenos. Casi ninguno dramático se salvaba. A muchos podía notárseles el peso de la consigna que prohibía (o al menos restringía) el uso de diálogos, porque se planteaban situaciones que realmente eran estúpidas si nadie hablaba.

Y esto se daba en casi todos los cortos. Las historias, o cuando menos el guión técnico, no estaba planteado para evitar que las escenas privadas de diálogos se vieran bien en pantalla. Hace algún tiempo, cuando el profesor o el jefe de cátedra nos dijo que había muchos cortos de comisiones anteriores subidos a YouTube, yo había encontrado "Vagón 72". El corto es del año pasado y aunque tiene una historia medio floja y que busca la sorpresa fácil, técnicamente está bastante bien planteado. Pero muchas de las escenas resultan inverosímiles porque hay planos cerrados de gente "hablando" que dice algo, al menos en el mundo detrás de la pantalla, en el lugar que la ficción está construyendo, pero que no se deja conocer al espectador porque la consigna lo restringe.

La mejor manera de solucionar eso, la más fácil, hacer planos lejanos de la gente que habla cuando habla. Bajar el sonido ambiente o subir la música no funciona tan bien como eso, porque es probable que el espectador sienta la necesidad de leer los labios si se prefiere mantener el plano corto.

El grupo "disciplinado" de mi comisión, según la opinión de nuestro profesor acerca de la manera en que trabajaba, hizo una basofia llamada "El aliento de hades", en el que hay algunos diálogos irrelevantes para llevar la historia (por lo que estaban permitidos), y otros momentos de silencio estúpidos por completo, que no sólo se hubieran visto enriquecidos si hubiera existido algún tipo de diálogo, sino que pasan por inverosímiles y, por lo tanto, destruyen la historia cursi que están contando. Por Dios. ¿El hijo drogadicto roba plata de su casa, frente a su madre, para costearse el vicio y ella lo toma del brazo y no dice nada? Es estúpido. No funciona.

¿Opciones? Filmar la escena de lejos. Filmar la escena de lejos, permitir el diálogo y bajar el sonido ambiente. Filmar la escena de lejos, permitir el diálogo y subir la música. Filmar la escena de cerca, en un plano medio o corto, incluir unos gritos como diálogo (que son irrelevantes al estar acompañados de imágenes redundantes, y por lo tanto no ayudan a contar la historia y no contradicen la consigna) y bajar el sonido ambiente, o subir la música, o añadir algún efecto sonoro.

Para el momento en que dieron "Pigmalión", la sala estaba mucho más vacía de lo que estuvo en cualquier momento del día anterior, o unas horas antes, cuando había comenzado la muestra. El lunes, yo había tenido que ver los cortos sentado en el piso alfombrado, acalambrado y muriéndome de calor porque no había lugar. El martes, después del intervalo, las filas se fueron vaciando rápidamente a medida que los patéticos que habían visto su corto en la pantalla grande iban dejando la sala. La deserción fue bastante masiva.

Mi compañero y yo nos quedamos con la impresión conjunta de que nuestro corto era amateur pero quería ser profesional. Y tenemos la casi certeza de que con suerte quién sabe tal vez a lo mejor por ahí forma parte del largometraje que la cátedra vaya a organizar con las opiniones que los alumnos manifiesten luego de la muestra y los docentes hagan un pequeño filtro de los trabajos.

Me llevo muy buenos recuerdos de este trabajo. La mayoría son excelentes. Algunos buenos. Otros malos. Pocos malos, pero intensos. Todavía guardo en una carpeta un montón de archivos que por mail o MSN nos fuimos pasando en los días anteriores al rodaje. Hay un extenso archivo para "Pigmalión" que va a perdurar un buen tiempo.

Tuvimos un buen profesor. Yo siento haber aprendido bastante. O a lo mejor no fue tanto lo que aprendí, pero lo siento incorporado. Creo que varios de nosotros desarrollamos un nuevo talento para encontrar errores de continuidad en obras audiovisuales. Hay muchas más de las que uno pudiera creer. "Pigmalión" tiene sus buenas faltas. Pero no le quita mérito, porque no son muy notorias. Salvo las de iluminación. Pero eso fue más una desgracia que un error.

Antes de empezar la materia, o mejor dicho, cuando empecé a ver de qué se trataba, pensé que iba a traernos el defecto de mirar una película desde un punto de vista analítico que nos arruinaría para siempre el goce estético de inocencia espectatorial. Y fue así, salvo que no hay menos goce, sino tal vez mucho más. Porque ahora aprendimos a apreciar mucho más, y también a observar. El análisis teórico ayuda, y el trabajo detrás de cámara también.

Siento que aprendimos muchas cosas fáciles de enseñar. No sé si todos las incorporamos por igual. Yo aprendo rápido. Pero creo que todos también incorporamos muy rápido lo que aprendimos, porque hicimos un buen grupo y nos tocó un buen docente. Y nos vamos sabiendo mirar el cine con mejores ojos que antes, mucho más respeto (tal vez) y seguramente más críticos de todo lo que hay dando vuelta. Y no va a haber un gramo de hipocresía si ahora se me da por divagar sobre todo lo que aprendí porque nos hayamos sacado una buena nota y el profesor me haya dicho "quedó muy bueno" cuando terminó la muestra el martes. Es mejor poner en práctica lo que uno aprende. Así no le llegue ni le importe a nadie.

(Este fue un muy buen año.)

martes, 18 de diciembre de 2007

Muestra 2

Y terminó el primer día de la muestra, a sala llena. Algo inesperado. Claro que muchos éramos estudiantes, y también estaban los docentes, además de las familias y amigos de los estudiantes. No creo que hubiera gente que pasó por la puerta del cine y entró a ver de qué se trataba todo después de ver el anuncio de la muestra en la entrada.

Revisando el programa del martes 18 me di cuenta de algo. "Recuerda", programado para las 19.59 dentro de la primera tanda de cortos antes del intervalo de las 20.40, pertenece a la comisión 24. Nuestra comisión es la 33. Cuando nos dijeron cómo se iba a organizar la muestra nos dijeron que los cortos de las comisiones con números más bajos iban a ir primero, y las comisiones de números más alto después. Pero hoy llegué a ver cortos de la comisión 27. Así que el criterio de organización no tiene nada que ver con los números de las comisiones, salvo que "Recuerda" sea una excepción. Pero "Recuerda" es un buen trabajo. Mejor que los que vi hoy. Lo que hace suponer que el criterio del orden es otro, y lo que nos da esperanzas a nosotros de que nuestro trabajo sea tenido en la mejor de las estimas.

No sé si es el mejor. Yo afirmaría con bastante tranquilidad que sí. Pero yo soy soberbio y engreído, y lo que yo crea no tiene nada que ver con lo bueno o malo que sea "Pigmalión".

Si tuviera que justificarme, diría que escribimos una buena historia, y que la filmamos bien. En nuestro ambiente universitario de estudiantes de comunicación con un año de tres horas semanales de taller audiovisual y sólo tres trabajos filmados, "filmar bien" es hacer un corto dinámico, con muchos planos, que no aburran, que relaten lo importante de las acciones y que sean estéticos. Nosotros éramos el grupo estético en la comisión.

Pero antes que nada, todo, pero todo, pasa por la elección de la historia. Tuvimos muchos problemas con eso. Y precisamente eso es muy interesante, y me gustaría tenerlo por escrito algún día para conservar el recuerdo antes de que la memoria me lo esconda.

Hoy vi muchos cortos y me convenzo más todavía de que todo pasa por una buena historia. Lo que yo siempre rechacé en las agitadas reuniones de pre producción fue el cliché. El cliché me da asco. Asco. Regurgitar cosas hechas, reconstruir lugares comunes son cosas que yo evito a toda costa. Así que nada de embarazos accidentales, alcohólicos, drogadictos, infidelidades hormonales adolescentes, bulímicas, anoréxicas ni hogares destruidos. Y hoy vi mucho de eso.

Por lo menos dos cortos mostraban la típica escena de gente aspirando merca.

Muchos mostraban infidelidades, o historias de amores idílicos.

Una historia, por lo menos, era sobre un embarazo no deseado.

Muchas otras sobre el conflicto de la identidad. ¿Quién soy? ¿Cómo me visto? ¿La música que escucho me define? Eso se convirtió en un nuevo lugar común. Por lo menos dos historias tenían que ver con una chica que buscaba trabajo y rebotaba por tener un estilo muy "propio". En una, la protagonista adoptaba (por fuera) el estilo que le imponía la "sociedad" o el "mercado", pero seguía fiel por dentro a lo que era, y terminaba escuchando Marilyn Manson al salir de la entrevista laboral. En la otra, no adoptaba el estilo y seguía siendo ella.

Tres historias hablaban de una homosexualidad reprimida. Una era dramática, otra era cómica, otra era indefinible. Esto es un nuevo lugar común.

Otro corto era sobre una bulímica.

Y otra, que fue aplaudida en la oscuridad anónima sólo por el grupo que la hizo, era la cursi historia de un pibe que aspiraba de corazón a jugar al fútbol y se lesiona los ligamentos justo cuando estaba dando la prueba para el club de River Plate, fracasando horriblemente. Al final, termina siendo un cartonero.

domingo, 16 de diciembre de 2007

Pigmalión


Nuestro corto final de 5' tiene el privilegio de finalizar la muestra "De cinco en cinco", organizada por la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos y el INCAA. Alrededor de 80 cortos participaron de la muestra, que la cátedra Angeleri de la materia Taller de expresión audiovisual (o, simplemente, taller 2) organiza todos los años.

Finalmente, y después de un 10 (diez) ejemplar, la crítica presentada en agosto acerca del patético "Canción de cuna" puede ser avalada con total objetividad subjetiva.

Alrededor de las 22.21, "Pigmalión" hará su estreno exclusivo, debut y despedida de la pantalla grande.

Notas de producción y backstage, cuando pase la nostalgia. Por ahora, éxitos y el mismísimo corto, que esperamos de corazón que sea muy bien recibido, sobre todo después de unas agitadas e indecisas reuniones de pre producción.

sábado, 15 de diciembre de 2007

Cien

No sé por qué rompí la tarjeta de Navidad que me había regalado "Grace". Supongo que por no haberle podido encontrar un lugar fijo. De cualquier manera, no me gustan las tarjetas de Navidad. Tampoco me gusta la Navidad, como a muchos otros, que en vez de ser desagradables, aburridos o aguafiestas, quieren pasar por interesantes. "Ahí va ese al que no le gusta la Navidad", dicen los que lo ven, y a la denotación con el dedo índice sigue un frotarse de la barbilla y un "Mirá vos". A mí no me gustan las fiestas y punto. Nada de querer ser interesante ni mucho menos. Y no es nada con Papá Noel, porque tampoco me gusta Año Nuevo.

Esa tarjeta de Navidad que rompí algún tiempo después de que me la regalaran hoy tendría un valor incalculable. Y dentro de unos años hubiera tenido más todavía. Decía algo así como "Espero que el año que viene estemos trabajando juntos (o podamos trabajar juntos)", y lo más importante, una línea de exclamación decía "si nos dejan". "Si nos dejan". Irónico.

Grace (notada en otra parte como "la gerencia"), L. B. C. y yo intercambiamos tarjetas. Fue un momento muy incómodo. Porque si hay algo que me disgusta más que las fiestas, es escribir cursilerías. Idioteces. No le veo el sentido a escribirse deseos imbéciles que se desean sólo porque existe una tradición imbécil y un calendario estúpido que dice cuándo, exactamente, hay que hacerlo. "Que el año próximo nos encuentre prósperos y felices", "Le deseamos muchas felicidades y un próspero Año Nuevo. Felices fiestas". No puedo invocar esas estupideces a voluntad. Por lo menos, no sin un esfuerzo previo que es bastante grande.

Y las tarjetas tienen un diseño estúpido también. Algunas traen deseos en varios idiomas. Y eso me trae problemas, porque no puedo poner "Felices fiestas" y nada más, lo menos cursi que se me ocurre, como es mi intención siempre que tengo que escribir una tarjeta. No puedo hacerlo porque la tarjeta desea "Felices fiestas" en muchos idiomas. Inglés, portugués, francés, italiano y castellano. Creo que esos eran los idiomas. Le gana a cualquier cosa que yo pueda decir, que dicho sin ganas, como lo digo yo, en realidad no es nada. Y cuando no traen deseos políglotas, vienen con el estúpido dibujito de la paloma con el ramo de olivo en el pico.

Si ya me resulta difícil escribir una tarjeta de Navidad, más difícil todavía era escribírsela a Grace. Así que con L. B. C. le hicimos una tarjeta conjunta. No sé qué le dije. Seguramente algo gracioso, como para salir del apuro. Siempre digo algo gracioso, o que pretende ser gracioso, o que al menos a mí me parece gracioso, cuando estoy en un momento incómodo. Cada quien tendrá su manera de salir del incómodo. Yo encontraba psicológicamente relevante el hecho de que después de tres años de relación, no asomara un sentimiento más o menos agradable para plasmar en una estúpida tarjeta navideña. Y eso es algo sobre lo que podría reflexionar. Pero ese es otro tema.

A L. B. C. no recuerdo haberle hecho una tarjeta. Grace sí le hizo una. La que me había hecho a mí pasó mucho tiempo reposando sobre la caja con los regalos navideños que fueron abandonados: una sidra (cuya presencia/persistencia en la heladera acabo de verificar), un pan dulce y un turrón casca dientes. Lo que no me gusta. Sobre todo el turrón, que venía con una especie de película azucarada que parecía papel. Comerse un bocado de ese turrón Arcor en forma de torta era como masticar cartón envuelto en hojas de diario. Un asco. Por lo general, la garrapiñada es lo primero que vuela, junto con las almendras, o el chocolate con pasas de uva, o los bombones de Bonafide.

Como era de esperarse, el pan dulce se mufó dentro de la caja, y el turrón, por increíble que parezca, se endureció más todavía dentro del envase original, ultrajado con pocas ganas en el furor de descubrir si era blando o tieso, como se suele hacer con los turrones. Esa es otra tradición festiva de diciembre: averiguar la consistencia del turrón. Eso es interesante.

Más o menos cuando decidimos que era hora de tirar la caja, también habré tirado la tarjeta. Me acuerdo que la rompí en pedazos y la tiré a la basura. Eso habrá sido en marzo. O abril.

A dos meses, L. B. C. había volado. Un tiempo después, Grace también, durante un episodio especialmente violento y pintoresco, que empezó con un mal día en el que terminé haciendo una denuncia en la comisaría, que no me trajo sino más trámites y una declaración judicial que todavía hoy promete repercusiones o bises indeseables. Y por lo que sé, el episodio todavía no termina.

Casi seis meses después de eso, yo vuelo. Aunque volar no sea el término indicado. Porque no me hicieron volar, ni yo volé, como por una explosión. Nada explotó. Más bien fue una mezcla de ignorancia, estupidez y paranoia. Así que mi vuelo fue una cosa precipitada por una suspensión idiota, como las tarjetas de Navidad, a la que siguió una conversación interesante, una promesa increíble y un cumplimiento que resultó ser todavía más increíble. O extraño.

El jueves tuve que mandar un correo electrónico para pedir la liquidación. Dije algo así como:
M. (referida en otra parte como "señora respetable"),

te pido por favor que en cuanto tengas la liquidación, me la envíes por correo electrónico así la puedo revisar y terminamos con este asunto pendiente, que ya se está estirando demasiado.

Saludos,

N.
Unas horas más tarde, como a eso de las dos, un mensaje en el celular me decía que pasara hoy (por ayer, viernes, porque ya es sábado) y fuera a cobrar.

Se me ocurrió que el apuro estuviera envuelto en alguna sórdida táctica para aprovecharse de mi ingenuidad, inocencia o debilidad de carácter, y entregarme una liquidación mal calculada, como es propio del matriculado contable.

Así que como a eso de las dos llegué a la empresita, donde me recibieron con la noticia de que el cheque que me iban a dar se había extraviado, junto con otros diez mil pesos que eran para depositar. Pero eso no importó. Media hora más tarde, yo me estaba yendo con más plata de la que me hubiera correspondido y el sorpresivo anuncio de que si alguna vez necesitaba una recomendación, ella iba a dármela.

El honor quedó intacto.

Mientras esperaba el 46 con $1700 pesos en efectivo guardados en mi morral guerrillero, pensé varias cosas.

Primero, me di cuenta de que nada de esto había sido por la plata. Lo que tenía en el bolsillo no me importaba. Bueno, sí me importaba. Pero la resolución del problema que nos terminó por distanciar no se resolvía con plata. Era algo más complejo. Tenía la plata y no me sentía mucho mejor.

Después me llamó mucho la atención que las cosas hubieran terminado tan bien. Me fui de ahí por última vez sin saludar a nadie salvo a la "señora respetable" (y las comillas no son irónicas), y no sentí nada. La sensación que tengo es que cualquier día puedo volver y seguir trabajando ahí como si nada. Y es que en realidad habrán entendido que, literalmente, no pasó nada. Porque no hay lógica que sostenga motivo alguno para que yo hubiera hecho lo que creyeron que había hecho.

Y al final, estaba la cuestión de la recomendación. "Si alguna vez necesitás una recomendación o una referencia, deciles que me llamen". Mierda. Podés pagarle al delincuente que suspendiste. Podés pagarle más de lo que le corresponde. Pero bajo ninguna circunstancia, si es un delincuente, le ofrecés una recomendación. Salvo que, y esto me desconcierta:
  • no creas que es un delincuente.
  • sepas que no es un delincuente.
  • sepas que obraste mal, acusándolo de algo que no hizo, y temas que tome alguna medida judicial.
  • temas que le salga de testigo a la otra parte involucrada en el litigio comercial y penal que preparaste unos meses antes, como es el caso de L. B. C., según supe, y quieras sembrar la simpatía del inocente empleadito.
No sé en qué pensar.

Yo supongo que prevaleció la razón y mi honor quedó limpio.

Nunca hubiera pensado que la entrada número 100 iba a ser esta, como tampoco que ese "espero que trabajemos juntos si nos dejan" iba a terminar siendo tan premonitorio e irónico, ni que fuera a extrañar alguna vez a esa estúpida tarjeta navideña.

La puta madre. Hoy tiene un valor incalculable.


viernes, 14 de diciembre de 2007

Diseños 3

No pude resistir ver cómo quedaba e incorporé todo el diseño que venía trabajando para el nuevo blog en este.

Todavía me quedan algunas cosas por arreglar, como la imagen de fondo de la barra lateral y las viñetas del apartado "Otros blogs", que no me gusta para nada. Además, no encuentro por qué razón, las entradas de mayo y junio no se despliegan. Eso es algo que tendría que ver.

Creo que estéticamente quedó bastante más agradable que el anterior.

Además, encontré la manera de reducir lo suficiente el tiempo de carga de la página, llenándola de bastantes imágenes. Lo que importa es reducir el peso de las imágenes sin perder calidad. Eso es lo interesante.

La única queja: quedó angosto. Sobre todo la parte de las entradas. Hay como una armonía de tercios entre la barra lateral (un tercio) y la zona de entradas (dos tercios). Pero igual me da la impresión de que la barra quedó ancha, o la zona de entradas quedó angosta. O a lo mejor es un poco de las dos cosas.

Pero alterar eso es un desastre. En realidad creo que no tanto, ahora que le tomé la mano al css y al html.

Por ahora no quiero tocar nada más. Toda la semana estuve con esto y ya creo que es hora de desistir un poco.

Lo que me aboca ahora es preparar un logo para la cabecera del otro blog que sea mucho mejor que este. La idea que tengo en mente, creo que para nada original, es escribir en el tono de gris pálido que vengo usando, la descripción del blog, con la misma tipografía de las entradas, para mantener la estética, y colorear en rojo las letras de mi nombre como vayan apareciendo en la descripción. Creo que sería matar dos pájaros de un tiro.

Pero eso llegará otro día, porque tengo que hacer una descripción interesante y tener en cuenta lo de las letras rojas al mismo tiempo, y eso lleva mucho trabajo, para el que no tengo ni tiempo ni ganas, al menos por ahora. Y sobre todo, después de haber hecho esta casi proeza con el css sabiendo poco y nada.

El ensayo y error agota.

jueves, 13 de diciembre de 2007

Diseños 2

Hice otro diseño del rss porque no me convencía, y ya que estaba, uno para el mailto también.

lunes, 10 de diciembre de 2007

Diseños

El nuevo ícono para el feed rss que va a tener el otro blog, realizado específicamente para ese blog para ser una de todas las cosas hechas a mano y, sobre todo, para distanciarse del color naranjita que tienen todos los avisos de rss:




viernes, 7 de diciembre de 2007

Despedidas 3

Bueno. Fue hora de decir adiós hace unos días. Nada complicado.

Supuse que era el momento adecuado, después de ver que yo había sido considerado sospechoso de cometer un grave hecho de traición, de poner palos en la rueda, o vaya uno a saber qué cosa exactamente. Cuando un jueves llego a la empresita y me cierran la puerta en la cara, supe que algo malo había pasado. Enseguida deduje que había desconfianza.

Y eso es simplemente intolerable. Un poco porque uno tiene orgullo y honor, pero también porque no se puede estar en un lugar donde se desconfía de uno. Uno que nunca hizo nada. Ya lo creo. De cualquier manera, la empresita era un lugar donde la desconfianza siempre fue una cosa un poco muy bastante corriente todo el tiempo. Creo que el término de todo eso es paranoia. Sí, gente perseguida. Lo que no es de extrañar, ya que tuvieron uno, dos, varios problemas en el pasado, algunos bastante graves, y otros que están sin resolver. ¿Quién podría culparlos? Yo no.

Pero la paranoia y la desconfianza son muy distintas de la ignorancia. Y en realidad esto se trata de la ignorancia. Es como el gran problema de los contadores. Creo que es la mejor metáfora para explicar el tema de la ignorancia. Uno recurre a los contadores por diversos motivos: porque necesita cerrar un balance, presentar formularios contables, pagar impuestos, pagar multas, lavar dinero. En fin. Los contadores son capaces de hacer muchas cosas. Cosas que uno no sabe hacer, o no tiene el poder para hacer, como firmar un balance. Entonces uno recurre a un matriculado profesional señor contador que, en el mejor de los casos, resuelve el inconveniente presto y pronto. Algunos contadores vienen programados en dos modalidades distintas, de las que es mejor estar sobre aviso. Porque mientras unos trabajan de manera predeterminada lícitamente, otros lo hacen ilícitamente. De manera que uno les tiene que avisar si esa cosa en particular, ese impuesto o ese balance, lo tienen que hacer como corresponde, o como no se debe. Esto funciona según el interés del cliente, que algunas cosas prefiere hacer bien y otras no tanto. Así que es un gran problema cuando uno quiere fraguar alguna cosa y le toca un matriculado contable señor doctor contador que hace las cosas bien todo el tiempo, todas las veces, o cuando uno quiere pagar sus impuestos y multas y tiene trabajando para él a un matriculado contable señor doctor contador que se mueve en ambientes oscuros y maneja técnicas elusivas y sórdidas que convierten un suculento impuesto en migajas, o cuando no desaparece por completo.

Pero me desvié de la cuestión.

En fin, la metáfora es que uno recurre a un matriculado contable porque no le queda otra, porque existen cosas de las que uno no sabe, o no puede manejar, cuya interpretación solicita a uno que sí sabe, o supuestamente sabe, o en el peor de los casos no sabe, pero se defiende con una buena labia. Así que en este caso hubo ignorancia desde el momento en que supusieron que yo hice algo que jamás hubiera hecho, porque nunca entendieron qué era lo que yo hacía, ni supieron cómo hacerlo, y tampoco saben hacerlo hoy. Para algunas personas, una computadora es algo indescifrable.

La cosa es muy simple. ¿Por qué habría yo de cambiar la clave de acceso a un sistema contable cuando las cosas me indican que, primero, el único sospechoso sería yo; segundo, hay problemas judiciales por todas partes y con todo el mundo que alguna vez pisó la empresita, salvo conmigo; y tercero, no tengo motivos para hacerlo después de haber sobrevivido a una dura batalla que terminó en la toma del poder de la empresita por parte de una facción familiar distinta de la que reinaba? Las respuestas son obvias. No lo habría hecho porque hubiera quedado indefectiblemente pegado. No lo haría jamás porque tampoco ese es mi estilo, sobre todo considerando que cuatro años atrás, cuando me hicieron esclavo, yo era un pendejo de 18 mucho más inocente y crédulo que hoy. Nunca lo hubiera hecho porque carezco de motivos, especialmente después de que mi lealtad fuera puesta en juego en varias ocasiones después de la toma de poder. L. B. C. hubiera hecho otra cosa. L. B. C. se fue volando de una patada.

Yo me fui con altura.

Dos cosas aprendí el lunes. En primer lugar, que ellas se habían dado cuenta de que yo jamás hubiera hecho lo que ellos me dijeron que hice el día que me cerraron la puerta en la cara, y el día siguiente, cuando me lo notificaron con una carta documento. En segundo lugar, que una semana antes del martes 13 habían desaparecido de manera misteriosa $ 2000 escondidos en una carpeta colgante dentro de un cajón en el piso de abajo, en un escritorio que no era el mío, en un lugar que no era en el que yo me sentaba a trabajar. Ni siquiera era en el mismo piso. Así que la paranoia era entendible. Lo mismo que la reacción ignorante sin mucho cuestionamiento. El arrepentimiento fue tan grande, que aseguraron pagar los días de suspensión que me dieron por algo que no hice. Eso es simplemente genial.

Pero no tengo motivos para preocuparme. De hecho, tengo algunas cosas que agradecer.


Gracias a ellos, tengo otro trabajo, mucho mejor que el anterior. Los beneficios son excelentes.

Gracias a ellos, aprendí muchas cosas del mundo real que hubiera tardado mucho en aprender de otra manera.

Gracias a ellos, tengo toneladas de material literario para escribir un gran libro, con buena parte del material que ya está trabajado.

Gracias a esto, ya sé cómo termina la historia.

De ahora en más, es un viaje de ida.

Un viaje de ida que va a pasar por otro blog que ya levanté con mi nombre y apellido. Un blog exclusivo para exponer no sólo aquellos dramas interesantes, sino también para desarrollar y dar forma a todo ese gigantesco, grandioso, enorme y casi inagotable material literario que me regalaron día tras día.

Espero que la memoria me acompañe.

http://odelbor2.blogspot.com está al aire para probar el diseño del nuevo blog exclusivamente literario, que en cuanto esté prolijo espero abrir.

Estuve metiéndome con el html y el css y es una batalla que está a punto de ser ganada.
El código no es elegante, pero hasta ahora resultó funcional.

Será cosa de esperar y ver qué sale.

sábado, 1 de diciembre de 2007

Muestra


La verdad, es raro que el INCAA se haya portado tan bien. Pero bueno. El progresismo evidentemente no tiene fin.

El martes 18 de diciembre, debut y despedida de "Pigmalión".