sábado, 22 de diciembre de 2007

Solidaridad

Mientras evitaba ser hipnotizado por la televisión abierta, ya no me acuerdo si fue el martes o el miércoles que vi una noticia hacerse eco y esparcirse como una mancha de petróleo de canal en canal.

Al principio me desconcerté, porque no sabía quién era Mariana de Melo. ¿Habría escuchado bien? ¿Había prestado atención? ¿Sería Mariana de Merlo? Aún si así hubiera sido, no conocía a ninguna Mariana de Merlo. No. Era Mariana de Melo. ¿Quién sería? El nombre no me sonaba para nada. Entonces hice una breve búsqueda en Google, que siempre tiene una respuesta. Así supe quién era Mariana de Melo.


Ya no necesitaba saber más.

Sumándonos a los deseos de la Sociedad Protectora de Animales y a la comunidad internacional a través de la WWF, esperamos que mejore favorablemente, y recordamos esperanzadamente que, edema cerebral y privación de oxígeno encefálica aparte, (Dios mediante) es muy probable que conserve con relativa integridad los atributos naturales que le permitirán seguir su inspirador trabajo nocturno en diversas obras teatrales de gran éxito, y programas televisivos de superlativo valor sociocultural.

No hay comentarios.: