martes, 18 de diciembre de 2007

Muestra 2

Y terminó el primer día de la muestra, a sala llena. Algo inesperado. Claro que muchos éramos estudiantes, y también estaban los docentes, además de las familias y amigos de los estudiantes. No creo que hubiera gente que pasó por la puerta del cine y entró a ver de qué se trataba todo después de ver el anuncio de la muestra en la entrada.

Revisando el programa del martes 18 me di cuenta de algo. "Recuerda", programado para las 19.59 dentro de la primera tanda de cortos antes del intervalo de las 20.40, pertenece a la comisión 24. Nuestra comisión es la 33. Cuando nos dijeron cómo se iba a organizar la muestra nos dijeron que los cortos de las comisiones con números más bajos iban a ir primero, y las comisiones de números más alto después. Pero hoy llegué a ver cortos de la comisión 27. Así que el criterio de organización no tiene nada que ver con los números de las comisiones, salvo que "Recuerda" sea una excepción. Pero "Recuerda" es un buen trabajo. Mejor que los que vi hoy. Lo que hace suponer que el criterio del orden es otro, y lo que nos da esperanzas a nosotros de que nuestro trabajo sea tenido en la mejor de las estimas.

No sé si es el mejor. Yo afirmaría con bastante tranquilidad que sí. Pero yo soy soberbio y engreído, y lo que yo crea no tiene nada que ver con lo bueno o malo que sea "Pigmalión".

Si tuviera que justificarme, diría que escribimos una buena historia, y que la filmamos bien. En nuestro ambiente universitario de estudiantes de comunicación con un año de tres horas semanales de taller audiovisual y sólo tres trabajos filmados, "filmar bien" es hacer un corto dinámico, con muchos planos, que no aburran, que relaten lo importante de las acciones y que sean estéticos. Nosotros éramos el grupo estético en la comisión.

Pero antes que nada, todo, pero todo, pasa por la elección de la historia. Tuvimos muchos problemas con eso. Y precisamente eso es muy interesante, y me gustaría tenerlo por escrito algún día para conservar el recuerdo antes de que la memoria me lo esconda.

Hoy vi muchos cortos y me convenzo más todavía de que todo pasa por una buena historia. Lo que yo siempre rechacé en las agitadas reuniones de pre producción fue el cliché. El cliché me da asco. Asco. Regurgitar cosas hechas, reconstruir lugares comunes son cosas que yo evito a toda costa. Así que nada de embarazos accidentales, alcohólicos, drogadictos, infidelidades hormonales adolescentes, bulímicas, anoréxicas ni hogares destruidos. Y hoy vi mucho de eso.

Por lo menos dos cortos mostraban la típica escena de gente aspirando merca.

Muchos mostraban infidelidades, o historias de amores idílicos.

Una historia, por lo menos, era sobre un embarazo no deseado.

Muchas otras sobre el conflicto de la identidad. ¿Quién soy? ¿Cómo me visto? ¿La música que escucho me define? Eso se convirtió en un nuevo lugar común. Por lo menos dos historias tenían que ver con una chica que buscaba trabajo y rebotaba por tener un estilo muy "propio". En una, la protagonista adoptaba (por fuera) el estilo que le imponía la "sociedad" o el "mercado", pero seguía fiel por dentro a lo que era, y terminaba escuchando Marilyn Manson al salir de la entrevista laboral. En la otra, no adoptaba el estilo y seguía siendo ella.

Tres historias hablaban de una homosexualidad reprimida. Una era dramática, otra era cómica, otra era indefinible. Esto es un nuevo lugar común.

Otro corto era sobre una bulímica.

Y otra, que fue aplaudida en la oscuridad anónima sólo por el grupo que la hizo, era la cursi historia de un pibe que aspiraba de corazón a jugar al fútbol y se lesiona los ligamentos justo cuando estaba dando la prueba para el club de River Plate, fracasando horriblemente. Al final, termina siendo un cartonero.

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