lunes, 22 de octubre de 2007

Neuronas

A veces me pregunto, aunque no con mucha frecuencia, después de un día largo, o de ver quince o veinte segundos de televisión, o de hablar con un telemarketer con voz de adolescente aletargado por los avatares de un destino de incertidumbre conducido por un metabolismo hormonal, cómo se sentiría andar por la vida sin cerebro.

1 comentario:

Sol! dijo...

Jajajajaja... es terriblemente ácido y pedante este post. Pero sé que también es muy sincero.

Te mando un beso.