viernes, 3 de octubre de 2008

Sueño I

No sé por qué, pero necesito plata. Estoy buscando y no encuentro nada. En la vida real, muchas veces se me da encontrar algunos billetes o pocas monedas en alguna campera colgada en el ropero. Pero yo creo que eso no va a pasar.

Se nota que en el sueño, lo mismo que en la vigilia, no me da por usar billeteras. Siempre llevo la plata encima, salpicada entre varios bolsillos, una mala costumbre que más de una vez me hace dar media vuelta en plena calle para reponer algo en los bolsillos que creía llenos. De repente, en el sueño, meto la mano en el bolsillo trasero del pantalón y mirando dentro, en un plano detalle, como si fuera una película (muchas veces sueño como si fuera una película), encuentro unos billetes de veinte pesos doblados en el fondo. Veo también algo azul. Probablemente sea un billete de dos pesos.

Entonces me despierto.


Pienso que no sé de dónde vino el sueño. Un rato después se me ocurre que todo pasa por los últimos dos billetes de diez y veinte pesos que vi en el cajón de la mesa de luz. "Tengo que ir a sacar plata del cajero automático", pienso.

Al otro día encuentro mi billetera. No la había perdido. Yo sé que no la tengo que perder porque dentro tengo el registro (en algún lado lo tengo que guardar). Tenía también una tarjeta de subte con cuatro o cinco viajes más. Y un par de billetes de veinte y algunos de dos, como en mi sueño.

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