los amputados, tuertos, tullidos y machucados
que reciban el Año Nuevo en la guardia de un hospital,
porque suyo es el reino
de los estúpidos.
Todos los habitantes de la Nación gozan de los siguientes derechos conforme a las leyes que reglamenten su ejercicio; a saber: de trabajar y ejercer toda industria lícita; de navegar y comerciar; de peticionar a las autoridades; de entrar, permanecer, transitar y salir del territorio argentino; de publicar sus ideas por la prensa sin censura previa; de usar y disponer de su propiedad; de asociarse con fines útiles; de profesar libremente su culto; de enseñar y aprender.Esto se encuentra ratificado por el Pacto de San José de Costa Rica, cuya adhesión fue garantizada en la reforma constitucional de 1994.
Al no existir censura previa, la libertad de expresión es siempre absoluta. Lo que existen, son responsabilidades ulteriores por lo que el individuo ha expresado, por cualquier medio de su elección. El inciso 5 del Artículo 13 del Pacto de San José de Costa Rica estipula algunas restricciones que no serán impuestas sobre la libertad de expresión, ni sobre la expresión en sí mediante censura previa, sino como una pena que será aplicada a posteriori, y a la que todos los países, mediante la firma del acuerdo, han accedido independientemente de que sus propias constituciones nacionales o códigos civiles o penales estipulen una pena o castigo para estas restricciones.1. Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de expresión. Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideraciones de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección.
2. El ejercicio del derecho previsto en el inciso precedente no puede estar sujeto a previa censura, sino a responsabilidades ulteriores, las que deben estar expresamente fijadas por la ley y ser necesarias para asegurar:
a) El respeto a los derechos o la reputación de los demás, o
b) La protección de la seguridad nacional, el orden público o la salud o la moral públicas.
3. No se puede restringir el derecho de expresión por vías o medios indirectos, tales como el abuso de controles oficiales o particulares de papel para periódicos, de frecuencias radioeléctricas o de enseres y aparatos usados en la difusión de información o por cualesquiera otros medios encaminados a impedir la comunicación y la circulación de ideas y opiniones.
4. Los espectáculos públicos pueden ser sometidos por la ley a censura previa con el exclusivo objeto de regular el acceso a ellos para la protección moral de la infancia y la adolescencia, sin perjuicio de lo establecido en el inciso 2.
5. Estará prohibida por la ley toda propaganda en favor de la guerra y toda apología del odio nacional, racial o religioso que constituyan incitaciones a la violencia o cualquier otra acción ilegal similar contra cualquier persona o grupo de personas, por ningún motivo, inclusive los de raza, color, religión u origen nacional.
Art.109.- La calumnia o falsa imputación de un delito que dé lugar a la acción pública, será reprimida con prisión de uno a tres años.Dado que no es simple probar o rebatir una acusación de calumnia, existen algunas formas de esquivar el embrollo con sutileza.
(texto originario conforme a la ley 23077).
Art.110.- El que deshonrare o desacreditare a otro, será reprimido con multa de $ 1.500 a $ 90.000 o prisión de un mes a un año.
(texto originario con la modificación dispuesta por la ley 24286 en cuanto al monto de la multa).
Art.111.- El acusado de injurias sólo podrá probar la verdad de la imputación en los casos siguientes:
1) si la imputación hubiere tenido por objeto defender o garantizar un interés público actual;
2) si el hecho atribuido a la persona ofendida, hubiere dado lugar a un proceso penal;
3) si el querellante pidiere la prueba de la imputación dirigida contra él.
En estos casos, si se probare la verdad de las imputaciones, el acusado quedará exento de pena.
(texto conforme a las leyes 11221, de fe de erratas, y 23077.)
Art.112.- El reo de calumnia o injuria equívoca o encubierta que rehusare dar en juicio explicaciones satisfactorias sobre ella, sufrirá del mínimum a la mitad de la pena correspondiente a la calumnia o injuria manifiesta.
(texto originario conforme a la ley 23077)
Art.113.- El que publicare o reprodujere, por cualquier medio, injurias o calumnias inferidas por otro, será reprimido como autor de las injurias o calumnias de que se trate.
Art.114.- Cuando la injuria o calumnia se hubiere propagado por medio de la prensa, en la Capital y territorios nacionales, sus autores quedarán sometidos a las sanciones del presente Código y el juez o tribunal ordenará, si lo pidiere el ofendido, que los editores inserten en los respectivos impresos o periódicos, a costa del culpable, la sentencia o satisfacción.
(texto conforme a las leyes 11221, de fe de erratas, y 23077)
Art.115.- Las injurias proferidas por los litigantes, apoderados o defensores, en los escritos, discursos o informes producidos ante los tribunales y no dados a publicidad, quedarán sujetas únicamente a las correcciones disciplinarias correspondientes.
(texto originario conforme a la ley 23077)
Art.116.- Cuando las injurias fueren recíprocas, el tribunal podrá, según las circunstancias, declarar exentas de pena a las dos partes o a algunas de ellas.
Art.117.- El culpable de injuria o calumnia contra un particular o asociación, quedará exento de pena, si se retractare públicamente, antes de contestar la querella o en el acto de hacerlo.
(texto conforme a la ley 11221, de Fe de Erratas.)
7°) Que, en el "sub lite", las noticias en cuestión aparecen plagadas de subjetividades e inexactitudes respecto del actor, quien es calificado como integrante de una asociación delictiva dedicada al robo y al tráfico de estupefacientes, que gastaba su botín en casinos, hipódromos y en diversiones con mujeres. Tal proceder de los diarios demandados, implicó un ejercicio imprudente de su derecho de informar, toda vez que un enfoque adecuado a la seriedad que debe privar en la misión de difundir noticias que puedan rozar la reputación de las personas -admitida aun la imposibilidad práctica de verificar su exactitud- imponía propalar la información atribuyendo directamente su contenido a la fuente pertinente, utilizando un tiempo de verbo potencial o dejando en reserva la identidad de los implicados en el hecho ilícito, como bien lo señaló el a quo.La Corte Suprema condenó a La Razón, y sentó jurisprudencia de una serie de populares normas empleadas desde entonces en todos los medios para desligarse de la responsabilidad de injuriar o calumniar a alguien. La doctrina Campillay es:
8°) Que el hecho de que tales publicaciones se hayan limitado a transcribir prácticamente el comunicado policial respectivo -al margen de la responsabilidad de dicha autoridad, extraña al marco del proceso- no excusa la atribuible a los editores involucrados, toda vez que éstos hicieron "suyas" las afirmaciones contenidas en aquél, dándolas por inexcusablemente ciertas (Fallos, t. 257, p. 316, voto del juez Boffi Boggero -Rev. LA LEY, t. 115, p. 350-), pese a que un prudente examen de tal memorándum evidenciaba que la versión respectiva daba cuenta de que el actor no había sido oído ni juzgado por la autoridad judicial interviniente, la que concluyó, a la postre, con un sobreseimiento definitivo a su respecto."(El fallo completo puede ser leído acá)
propalar la información atribuyendo directamente su contenido a la fuente pertinente, utilizando un tiempo de verbo potencial o dejando en reserva la identidad de los implicados en el hecho ilícito, como bien lo señaló el a quo.En este caso, y en cualquier caso en el que uno se vaya a referir a ciertos ciertos asuntos, la identidad de los involucrados debe permanecer en secreto, más allá de que el hecho sea o no ilícito. Porque, de hecho, la legalidad o ilegalidad de ciertos ciertos asuntos no está puesta en juego por la Corte Suprema en el fallo, dado que si ciertos ciertos asuntos fueran ciertos, por ejemplo, en este caso, el vínculo de Julio C. con la mafia, la calumnia no sería calumnia, porque la verdad no es calumnia.La anonimidad a pesar de todo
"Lo mismo ocurre con escribir. Va usted a experimentar algún tipo de resistencia. Se manifiesta de muchas maneras, y la mayor parte del tiempo ni siquiera somos conscientes de lo que está ocurriendo.Sí, puede ser cierto. Pero es estúpido. El libro parece escrito para ignorantes. Basta hojearlo un poco para darse cuenta.
Por ejemplo: cuando se siente por primera vez a escribir, es posible que quiera ponerse a limpiar la nevera. O a fregar el suelo de la cocina. Puede que le apetezca ir a correr, cambiar las sábanas, darse una vuelta en coche, comer o hacer el amor. ¡Algunas personas salen a la calle y se compran 500 dólares de ropa que no necesitan! O puede sentirse irritado e impaciente y gritarle a todo el mundo sin ninguna razón especial.
Todas son formas de resistencia."
Syd Field. "El libro del guión", pág. 183. Editorial Plot, Madrid, enero de 2001. Traducción de Marta Heras.
M. (referida en otra parte como "señora respetable"),Unas horas más tarde, como a eso de las dos, un mensaje en el celular me decía que pasara hoy (por ayer, viernes, porque ya es sábado) y fuera a cobrar.
te pido por favor que en cuanto tengas la liquidación, me la envíes por correo electrónico así la puedo revisar y terminamos con este asunto pendiente, que ya se está estirando demasiado.
Saludos,
N.
(En el paradero del bus, los chicos pasando el rato)
Cartman: Chicos, quieren escuchar un chiste que mi abuelo me conto?
Kyle: No
Cartman: Bueno. Una familia va a una agencia de talento. Son madre, padre, hijo e hija y un pequeño bebé. El papá le dice al cazador de talentos: "Señor, nuestra familia tiene un acto impresionante. Sabemos que si ud. nos deja mostrárselo nos contrataría". Y el cazador de talentos responde: "Lo siento nosotros no contratamos actos familiares, son muy cursi". Pero luego la madre le dice: "Por favor, señor, si sólo nos diera dos minutos sabemos que le gustaría nuestro acto". Así que el cazador de talentos dice: "Ok, tienen dos minutos". La familia inmediamente salta a escena. La madre sonríe y apunta hacia el hijo, quien pone play al equipito de sonido. Una música de circo suena. El padre da vuelta a su hija, la inclina, le saca la ropa interior y empieza a lamerle el ano.
Kyle: ¿Qué?Cartman: Luego el hijo yace en el piso abre la boca, y la madre se arranca el pantalón desglosable, se sienta en la cara del hijo y empieza a defecar sobre él.
Kyle: ¡Che!
Cartman: ¡Pará! El padre toma al bebé, le saca el pañal y empieza a chuparle el culo, mientras que el hijo, aún con el excremento de la madre en la boca empieza a lamer las pelotitas del bebé.
Kyle: ¡Che!
Cartman: Pará, Kyle. Ahora la madre yace sobre su espalda en el piso mientras la hija se para sobre una silla y empieza a orinar alrededor. Luego el papá y el hijo toman al bebé la introducen de cabeza dentro de la vagina de la madre, mientras que la meada de la hija cae sobre todos ellos a modo de lluvia.
Kyle: ¡Amigo, pará!
Cartman: Ellos toman al —esperá Kyle. Ellos toman al bebé introducido a medias de modo que sólo sus piernas están fuera, agitándose y pateando, y el hijo se saca el excremento de la boca y empieza a frotarlo sobre cada uno mientras el padre introduce el miembro en el ano del bebé y lo fornica mientras está aun dentro de la madre, hasta que él eyacula sobre el bebé, la esposa, el hijo y la hija.
Kyle: Car-Car-Cartman, Yo no quieron ningún--
Cartman: Kyle, ¿podés esperar por favor! Luego el padre se para y dice: "Y a continuación en nombre de las víctimas del 11/9". Y la familia entera empieza a correr por todas partes gritando y riendo agitando sus miembros y senos, cubiertos de meada, excremento y semen gritando (falsetto): "¡AAAAAaaAAAAhhh, el edificio se cae! Ayuda!". Y finalmente la familia retorna al centro del escenario y dice "TADAAA!!". Y el caza talentos simplemente sentado todo el tiempo, finalmente dice: "¡Jesús! Qué acto infernal. ¿Cómo lo llaman?". Y el padre responde: "Los Aristócratas"
(los niños sin respuesta). Heheheh (más silencio).
Kyle: No lo entendí.
Cartman: Tampoco yo.
El primer partido de rugby en Argentina se jugó en 1873, veintisiete años más tarde, luego de haber sido importado por inmigrantes británicos. La Asociación del Fútbol Argentino se crea en 1893, treinta años después de que se establecieran diez normas básicas.
En Inglaterra, el rugby y el fútbol fueron durante bastante tiempo la misma cosa indiferenciada.
Hoy, además de la diferencia reglamentaria que separa a estos deportes que alguna vez fueran casi hermanos, existe otra que se relaciona con el modo en que se construyen valores alrededor de ellos.
Los valores están asociados al deporte de una manera tradicional, y es así que se habla de amistad, compañerismo y solidaridad, o hasta incluso de respeto, y no es inusual encontrar que alguno de estos términos aparezca en una frase cuando se habla de cualquier deporte. O incluso cuando se lo critica, o se cuestiona el desempeño de algún jugador, y en ese contexto aparecen palabras del tipo “comilón”, o imperativos desesperados, que se emiten de manera irreflexiva frente al televisor o la radio: “¡pasásela!”: ejemplos que denotan la evidente existencia de la “solidaridad” en esta disciplina, pero no sólo eso.
Al margen de esta cuestión, es interesante observar que los valores construidos alrededor del fútbol y del rugby, por lo menos en Argentina y a propósito del Mundial de la IRB disputado en Francia entre septiembre y octubre de 2007 (que es el motivo de este trabajo), son muy diferentes.
También las concepciones que se tiene de uno y otro deporte son bastante distintas entre sí.
Por ejemplo, existe la idea de que el rugby es un deporte aristócrata, jugado históricamente por las clases altas de la sociedad Argentina, como lo demuestra una nota de Mario Wainfeld publicada en Página/12 ("Más templado, quizá por su edad, el cronista repara en que casi todas las aristocracias derivan del poder o del dinero pero buscan fundar su legitimidad en el honor. Y, en veloz descenso a la coyuntura autóctona, registra que el Mundial de rugby coincide con un curioso momento. Aquel en que dos egresados de universidades privadas gobernarán uno de los distritos más importantes. Mauricio, ya se sabe, egresó del Cardenal Newman, un colegio que “es” también un club de rugby"), y discutida por un lector ofuscado en una carta de lectores enviada al diario La Nación, recogida del portal “Periodismo de Verdad”.
Por esto yo encuentro interesante rescatar la historia del fútbol y del rugby, dos deportes que se institucionalizan casi al mismo tiempo en la Inglaterra imperial y la Argentina del modelo agro-exportador de la que tanto se ha escrito, gracias a las corrientes inmigratorias, inseparables de los desarrollos tecnológicos y sociales que se daban por entonces en este, nuestro país periférico de entramados de hierros paralelos que crecían, y de bosques de quebrachos que se extinguían al mismo tiempo.
Las razones que hicieron del rugby un deporte preferido por la aristocracia (algo que tampoco podríamos afirmar si es tal como lo dice Wainfeld), no tienen importancia, al menos para hablar de los valores. Porque el asunto está en cómo se ha difundido la imagen de lo que “supuestamente es” el rugby en las publicidades televisivas (o “spots”, si se prefiere) que se fueron distribuyendo con obsesión creciente en las cadenas de televisión por cable ESPN y ESPN+ a medida que el Seleccionado Nacional derrotaba a sus adversarios.
Publicidades
Resucitando estrofas del Himno Nacional
(La letra completa y el Himno en MP3, acá.)
Es interesante recordar que el deporte no se encuadra en lo que se considera una categoría "profesional". El rugby no es "profesional". Es, por el contrario, amateur. Esto significa que los jugadores de rugby participan por amor al juego, y no reciben por ello remuneración alguna. Esto, que puede ser visto como algo de sumo peso emocional (nada más emotivo que un grupo de 15 jugadores "matándose" en el campo de juego por pura pasión al juego), no es explotado en términos publicitarios.
En esta publicidad de la cerveza Quilmes, Omar Hasan, pilar de los Pumas, le pone voz al Ave María de Schubert, de presencia extradiegética, que suena reverencialmente mientras los jugadores de rugby vuelan por el aire y los rostros de los argentinos se contorsionan y deforman de dolor.
El empleo de la música anempática se vuelve un recurso notable. El sensible arte de Schubert acompaña escenas de "violencia" que contradicen el aire majestuoso y espiritual del Ave Maria. En esta contradicción aparente entre imagen y sonido se encuentra el efecto que el spot busca generar en el espectador. La pasión y la entrega (el sacrificio, el dolor, el rendir físicamente cuando "no se puede más"), valores deportivos asociados al rugby, flotan entre los acordes sencillos y sentimentales de Schubert. Los argumentos de Wainfeld se perfilan ansiosos por aparecer cuando un comentario un poco metadiscursivo (inserto en forma de texto lingüístico) dice de lo que acabamos de ver "Sponsor de 15 animales/con corazón de caballero". Y entonces se puede especular libremente sobre si la elección del Ave Maria responde a lo que se entiende por "alta cultura", y si la asociación (de sentido común o no tanto) de dicho estrato cultural con las clases altas (y medio altas) se evidencia en la elección de la composición; o si por el contrario, lo "caballeresco" aparece en oposición al fútbol, un deporte que, al menos como lo considera el sentido común, se ahoga en actitudes deplorables que carecen de deportividad, si lo "caballeresco", en definitiva, se trae a colación como otro valor, que se asocia a las clases aristocráticas.
Yo diría que al menos en parte (haciendo un análisis superficial) esto no es así porque el Ave Maria de Shubert trabaja en un nivel emocional: no solicita conocimientos de música clásica de principios del siglo XIX porque no desa ser decodificado como símbolo de cultura, clases altas, aristocracias represoras y deportes sanos y decentes, que, por otra parte, es en cierta forma el objetivo que persigue Wainfeld en su nota (sus consideraciones en el artículo periodístico no guardan ningún tipo de relación con lo que yo estoy diciendo acerca de la publicidad, pero sí del rugby como deporte aristocrático). Más allá de la frase que se regodea en reconocer la propiedad, atribuida popularmente a la música, de que es el idioma universal, en este caso la melodía habla por sí sola en cualquiera de las dos consideraciones que se pueden hacer sobre su función en la publicidad: